Hoy es día 2 de enero. Ya hemos vivido un día del 2014. Cuando nos descuidemos estaremos comprando las uvas para otra Nochevieja. Espero que lo hayáis empezado con buen pie y que este nuevo año os traiga mucha salud, mucho amor, mucho trabajo y prosperidad.
El cuadro que he elegido hoy, pienso que es muy representativo de estas fechas. La uva es símbolo de siembra, crecimiento, transformación y regeneración. Como cada inicio de año, lanzamos nuestros nuevos propósitos. Propósitos que ya habremos sembrado en nuestra mente, que alimentaremos con nuestra férrea voluntad, que nos transformarán algún aspecto de nuestra vida y que nos ayudarán a regenerarnos, algo que es aconsejable y necesario realizar.
Mi madre falleció un 21 de agosto y esta acuarela fue pintada un 22 de agosto. Sí, por supuesto de diferentes años, pero ¡ qué coincidencia de fechas ! ¿no?. Para mí este racimo es símbolo de inicio y fin, de sólido y líquido, de un antes y un después, de sutileza en colores que nada tienen que ver con la fortaleza con la que cuenta la uva. Es como un Ying y Yang, como el complemento perfecto en sí misma.
Es una acuarela que miro y me llena de vida; me provoca para tomar un grano y llevármelo a la boca y nutrirme de toda su esencia.
Espero que os guste y que encontréis vuestra propia nutrición en ella; no desmerezcáis ni un solo grano de esta acuarela.
Tomad uva sea como sea: sólida como fruta, o líquida como vino o champagne para celebrar la vida y brindar por la alegría y la ilusión, que falta hacen y nunca debemos aparcar.
RACIMO DE UVAS 1988
Acuarela 32 X 45
COMENCEMOS POSITIVAMENTE EL AÑO Y
CUIDEMOS NUESTRA VIÑA,
QUE EN SEPTIEMBRE OBTENDREMOS
NUESTRA PROPIA VENDIMIA.
SÓLO DEPENDE DE NOSOTROS MISMOS
LA CALIDAD DEL VINO QUE OBTENGAMOS.