La primavera ha llegado y toda la naturaleza rebrota incluida, por supuesto, la humana.
Los campos y valles florecen, las montañas se elevan limpias y fuertes y, el mar y sus playas cambian de color ofreciéndonos toda su calidez y horizonte sin fin.
A nosotros, nos invade una fuerza interna que nos incita a pasear, escalar, disfrutar de los paisajes y a darnos un primer baño, eso sí, siempre con el permiso de la brisa que si rebasa su límite de intensidad, se convierte en un vientecillo que incomoda la ocasión.
Para aquellos que conocen la Playa de San Juan ( y los que no, ¿a qué esperáis? ), aquí os muestro una acuarela de cómo era esta amplia y larga playa en 1957. Por aquel entonces, prácticamente deshabitada y con unas vistas interminables a la lejanía. Hoy en día, ha cambiado un poco aunque, salvo en verano y fechas puntas, aún se puede pasear o disfrutar de su arena sin agobio alguno.
Coged la toalla, buen protector solar y la mejor compañía y salid a caminar por la orilla del mar.
¡ Es todo un placer !
| PLAYA DE SAN JUAN 1957 Acuarela 24 X 17 |
NO LE RESTEMOS BELLEZA, SEAMOS POSITIVOS.